2010/03/12

Muerte entre las flores (J. Coen, 1990)

Con esta película de los hermanos Coen me pasó una cosa curiosa; su estreno coincidió con el de dos films de corte parecido, Uno de los nuestros (Goodfellas, 1990) de Scorsese y El Padrino III (The Godfather, part III) de Coppola, ambos mucho más atractivos, en teoría, por lo que aquel fue el tercero a la hora de ser visionado; y cuál fue mi sorpresa que al final no solo me gustó bastante más que las otras dos, sino que con el tiempo se ha convertido en una de mis películas favoritas.

Diálogos afilados como dagas, amistades traicionadas, intereses entrecruzados, deudas que se acumulan sin acuse de recibo, amores despechados, whisky a raudales, resacas infernales y…un poco de corazón, por lo menos hasta el final. Final en el que el protagonista descubrirá que la misericordia puede ser el billete más rápido a una muerte en la soledad del bosque. Una muerte tan fugaz como el sombrero arrastrado por el viento que vemos en los créditos iniciales, acompañado por una maravillosa banda sonora musical.

Hay mucho de Dashiell Hammett en esta película, bastante más que aquel engendro que perpetro Wenders con ayuda de Coppola, Hammett (Hammett, 1982). Podría tratarse de una adaptación libre de la novela La llave de cristal (The Glass Key, 1931), pero también encontramos atisbos de la obra maestra del escritor de Maryland, Cosecha Roja (Red Harvest, 1929). Guerra a muerte entre dos bandas, italianos e irlandeses, y por encima de ellos un cínico superviviente, Tom Regan (Gabriel Byrne), que para conseguir el amor de su vida, sin traicionar a su mejor amigo, acabará realizando un triple tirabuzón del que saldrá victorioso, para acabar perdiéndolo todo.

Berna: Siempre buscas el camino más largo para obtener lo que quieres Tom
Tom:Y ¿qué es lo que quiero?
Berna: A mí.
Tom: Si llego a saber que íbamos a poner nuestros sentimientos en palabras hubiera memorizado el cantar de los cantares.
Berna: Nunca he conocido a nadie para el que ser un mal nacido sea una cuestión de orgullo.

Decía Kirk Douglas en Senderos de Gloria (Paths of Glory, 1957) que el patriotismo es el último refugio de los canallas. Si eso es así, Muerte entre las flores es mi patria.

J. Hemlock